el país

“Yo no le hice nada”

El acusado de matar a una mujer de 82 puñaladas en Brunete no recuerda nada de lo ocurrido

Afirma que se despertó cuando la Guardia Civil le estaba esposando

Sergio González Moreno, el hombre acusado de matar a su compañera sentimental Ivana Sanz Fanego ha declarado esta mañana en la segunda sesión del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial que no recuerda nada de lo ocurrido y que él no había agredido a la víctima. Tan solo sabe que se había quedado dormido y que, cuando despertó, un agente de la guardia civil le estaba esposando. El fiscal pide para él 20 años de prisión por un delito de asesinato mientras que la acción popular eleva la condena a 25.

Según el relato que ha hecho Sergio González a preguntas del fiscal, él acudió a ver a Ivana la mañana del 21 de enero de 2010 y estuvieron tomando café en el Bar Plaza de Brunete (Madrid) donde la mujer, según su versión, le pidió perdón porque había enviado algunos mensajes a otro hombre que acababa de conocer de nombre Iván. Después se marcharon a casa de la víctima y estuvieron consumiendo cocaína hasta que se les agotó y él tuvo que marcharse al municipio limítrofe de Quijorna para comprar más.

“Ella estaba muy cariñosa y quería que hiciéramos el amor, como no lo hice llamó al otro chico en un arrebato y le dijo que yo era un mierda, un pichafloja y que yo no quería nada con ella pese a lo buena que estaba”, ha señalado durante el juicio. “Eso me entristeció mucho, me dejó hecho una mierda, me hizo sentir como una piltrafa de la sociedad, por lo que quería morirme, suicidarme. Como estaba muy cansando porque no había dormido las noches anteriores, me quedé dormido en el sofá”, ha añadido.

El acusado solo ha reconocido que horas después la guardia civil le despertó cuando él estaba boca abajo con una rodilla de un agente puesta en la espalda para que no se moviera, justo en el momento en que le ponía los grilletes. Cuando fue sacado de la vivienda de la víctima, en la calle Cardeñas de Brunete no vio ni manchas de sangre ni nada que hiciera suponer que allí había muerto de forma violenta una persona. “Había mucha gente y vi a Ivana tirada en el suelo pero no había sangre alrededor de ella”, ha añadido. La inspección ocular de la vivienda reveló que la agresión a la mujer se produjo en tres habitaciones distintas que estaban con enormes manchas de sangre. Sin embargo el acusado no vio ninguna de estas manchas.

Sergio González también había sido condenado previamente por intentar atropellar a los suegros de su primera mujer en San Lorenzo de El Escorial y por quebrantar la medida de alejamiento que tenía con esta mujer.

A preguntas de su abogado, González ha destacado que fue Ivana la que le metió en el mundo de la cocaína, que esta le aseguró que le ayudaría a superar la depresión que sufría y que él se hizo adicto a raíz de su relación con la mujer: “Me amenazaba con que si no seguía su ritmo de vida o sus hábitos me iba a dejar. Muchas veces tenía que salir de madrugada a comprar droga porque ella me lo exigía”.

Ayer, en el inicio del juicio, la acusación y el fiscal explicaron que recibió 89 puñaladas pero que fueron la última y la penúltima las que le provocaron la muerte. Además destacaron que, cuando la mujer intentó salir al rellano para pedir ayuda, el hombre volvió a meterla en la casa y le seccionó la tráquea para que no gritara. Tenía heridas en cara, brazos, una oreja, el hombro, un pulmón, el hígado, muslos, muñecas y una mano. La acusación también recordó que González ya había sido condenados dos veces, una de ellas por intentar atropellar a sus exsuegros, los padres de su primera mujer, por lo que fue condenado a seis meses.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2011/12/14/madrid/1323861463_239091.html