Vías alternas: violencia, mujeres + arte. Reflexiones sobre la violencia de género

Reúne el trabajo de Yoko Ono, Susan Plum, Mona Hatoum, Miwa Yanagi, Marina Abramovic y Maimuna Galgano, entre otras

“Off The Beaten Path” alienta a la toma de conciencia sobre la violencia de genero. Artistas de prácticamente todas partes del mundo exploran las múltiples dimensiones de la violencia de género en la exposición de arte contemporáneo Violencia, Mujer y Arte, Off the Beaten Path, la cual muestra el trabajo de 32 artistas procedentes de 26 países, a inaugurarse el viernes 22 de enero en la sala 2 de El Cubo del Centro Cultural Tijuana.

La exposición, cuya traducción literal sería “Fuera de la misma ruta”, muestra la posición que las artistas participantes han asumido frente a la violencia de género desde una perspectiva global.

“En todo el mundo, las mujeres y las niñas son víctimas de innumerables y absurdos actos de violencia”, advierte Randy Jayne Rosenberg, directora ejecutiva de la organización no lucrativa Arte para el Cambio (Artworks for Change) y curadora de la exposición. “El alcance de la violencia de género es devastador y sucede, literalmente, de la cuna a la tumba. Se registra en todos los segmentos de la sociedad, sin distinción de clase, etnia, cultura, o si el país está en paz o en guerra. A menudo, el solo hecho de ser mujer la convierte en víctima”.

Por lo delicado del tema y la extensión del problema que toca, la exposición tiene especial cuidado en evitar las imágenes sensacionalistas y, antes bien, basa su eficacia en el potencial liberador del arte. A las artistas invitadas se les pidió “que nos ayuden a crear nuevas representaciones del problema a través de sus obras y, al hacerlo, nos ayuden a sentir y comprender la esencia del problema de la violencia contra las mujeres”, precisó Rosenberg.

La exposición promueve la toma de conciencia sobre el origen de la violencia en contra de las mujeres. También busca generar empatía hacia sus historias; fomentar el análisis sobre lo cotidiano de este tipo de violencia; y fortalecer la idea de que las mujeres y las jóvenes pueden tomar control de sus vidas por medio de nuevas opciones.

La exposición busca ayudar a crear una nueva conciencia sobre el espectro completo de las cuestiones que rodean a este tema tan significativo como lacerante. El propósito final es que el público se lleve una mejor comprensión de las raíces del abuso, genere un sentimiento de empatía y eleve su conciencia sobre sus acciones y creencias.

Los problemas de violencia de género, aunque generalizados, son a menudo invisibles, advierte Rosenberg al señalar que “elegimos ignorar la destrucción que provoca la violencia doméstica al llamarla ‘un asunto familiar’. Interpretamos la muerte de mujeres ‘en defensa del honor’ en otras regiones del mundo tan sólo como una ‘diferencia cultural’. Consideramos su violación y su tortura en los conflictos armados como una condición inevitable ‘de la suciedad de la guerra’. Nos resulta difícil creer que el tráfico sexual y la explotación sucedan en nuestras propias ciudades, muy cerca de casa. De esta manera, sus razones políticas y sistémicas son comúnmente subestimadas o pasadas por alto”.

Las artistas participantes son: Marina Abramovic, Jane Alexander, Laylah Ali, Louise Bourgeois, Lise Bjorne Linnert, María Campos-Pons, Patricia Espinoza, Luciana Fina, Maimuna Feroze-Nana, Mona Hatoum, Yoko Inoue, Kim Myung Jin, Jung Jungyeob, Amal Kenawy, Hung Liu, Almagul Menlibayeva, Gabriela Morawetz, Wangechi Mutu, Miri Nishri, Yoko Ono, Lucy Orta, Cecilia Paredes, Susan Plum, Cima Rahmankhah, Jaune Quick-to-See Smith, Joyce J. Scott, Masami Teraoka, Hank Willis Thomas y Miwa Yanagi.

En la exposición participan igualmente tres colectivos de arte: Islandia Love Corpopration; Amnesty Sweden Campaign y A Global Crescendo: Women’s Voices from Conflict Zones, que agrupa a artistas de Costa de Marfil, Sierra Leona y Liberia.

Bajo la premisa de que el arte tiene un potencial visionario, las historias que sustentan cada una de las piezas seleccionadas tratan de situarnos en el momento donde la violencia tiene lugar y permiten que la reconozcamos.

“¿Puede el arte contribuir al cambio social?”, se pregunta Randy Jayne Rosenberg y ella misma aventura una respuesta: “Esperamos que las obras incluidas en esta exhibición abran un poco más esa puerta y en el proceso iluminen un antiguo problema, mientras emprendemos un nuevo viaje para dejar ese, arcaico y desgastado, sendero de la violencia”.

Fuente: http://www.elsonido13.com/artes-visuales-detalle.asp?id=1302