el país
miércoles, 2 de enero de 2008

Las muertes por violencia de género se reducen a más de la

mitad en 2007

Los expertos se muestran cautelosos, pero creen que empieza a haber resultados

El año 2007 se saldó en Andalucía con ocho mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas. Siguen siendo muchas, pero hay una lectura positiva difícil de eludir: 2006 se cerró con 18 fallecidas, por lo que el número de víctimas mortales de la violencia machista se ha reducido a más de la mitad (un 66%) en los últimos 12 meses. Los expertos reconocen que 2006 fue un año especialmente negro, por lo que no era difícil rebajar la cifra. Pero también coinciden en que, aunque un solo año no indica una tendencia, hay razones para pensar que los recursos puestos en marcha para atajar la lacra de los malos tratos están empezando a dar resultados.

Un dato para el optimismo es que la cifra de ocho homicidios es la menor de las registradas desde el año 2000, según los datos del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). El director general de Asistencia Jurídica a Víctimas de Violencia de la Consejería de Justicia, el forense Miguel Lorente, señala que a un año con más homicidios que la media le suele seguir otro con menos. La razón, según Lorente, es que la violencia de género es un largo proceso iniciado por un agresor determinado para mantener el control y una posición de superioridad sobre una mujer específica. Cuando este proceso acaba desembocando en crimen, muere la víctima y el objetivo del agresor. Por lo tanto, las 18 víctimas que hubo en 2006 fueron el resultado de otros tantos procesos concluidos que ya no podían culminar en 2007. Si este año se han ido formando procesos de violencia es de temer que puedan desembocar en nuevos homicidios en 2008. “Como sabemos que esto es así, hay que trabajar para evitarlo”, señala el forense, que aboga por centrar gran parte de los esfuerzos de este año en la “reeducación” a los agresores. “Tenemos que dirigirnos específicamente a ellos”, advierte.

Lorente considera que a la reducción del número de homicidios también han contribuido las campañas de información y las iniciativas del Gobierno y la Junta, que han generado “un clima de confianza” y “la percepción de que los recursos son útiles”. La consejera de Justicia, María José López, comparte esta opinión: “La ley ya está dando sus frutos. Los juzgados de violencia, los servicios de atención a las víctimas, la persecución social hacia el agresor. Todo influye y da resultados positivos”. Aunque por sí sola la reducción de homicidios no determina que la victoria esté cerca, hay otro dato esperanzador: desde que entró en vigor la ley de Medidas de Protección Integral las muertes se han reducido en un 26,8%. De una media de 16 asesinatos al año en los dos años anteriores a la ley (2003 y 2004) se ha pasado a una media de 11,6 desde que se aprobó la norma (años 2005, 2006 y 2007).

¿Qué perspectivas hay para 2008? Los expertos miran ahora con preocupación los últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que indican un descenso en la sensibilidad de la opinión pública. Quienes incluyen la violencia machista entre los problemas que más le preocupan ha descendido en el último año hasta situarse en el 2,5%, el mismo nivel de 2003 y 0,4 puntos menos que el año pasado. Los datos reflejan que a más sensibilidad, menos homicidios y, viceversa: cuando baja la sensibilidad, suben los asesinatos. “Esto sabemos que es así, es un indicador fiable, por lo que tenemos que trabajar para modificar esa tendencia”, señala Lorente.

El forense enumera tres temas que las administraciones deben abordar este año: la ya señalada de dirigirse directamente al agresor, una implicación “más estrecha” con los medios de comunicación, y abordar la difícil situación de las mujeres inmigrantes con programas y campañas específicas.

Luisa Franco, inspectora del grupo Diana, una unidad de la Policía Local de Sevilla especializada en malos tratos, observa que cada año se incrementan las denuncias. “La ley ha facilitado el acceso a los recursos y si antes una mujer aguantaba siete o diez años de violencia, ahora no”. Y que entre las víctimas hay cada vez más jóvenes y mujeres extranjeras. “Las inmigrantes tienen el problema añadido de la diferencia de valores entre su cultura de origen y la de aquí. Por ejemplo, la sociedad de Suramérica es mucho más patriarcal y a las mujeres cuando llegan a España les cuesta asimilar que aquí estamos en una posición más igualitaria”.

La consejera de Justicia también marca el aumento de recursos para las inmigrantes como una prioridad de este año. “Muchas mujeres están en situación irregular y sometidas a mafias, que le amenazan y le dicen que si denuncia se tendrá que ir. El miedo a la mafia supera al sufrimiento por la violencia”, señala López.