Sobre las representaciones extremas de la mujer en el Arte

Por Raquel Moraleja
 El Aguijón entrevista a la historiadora Irene Ballester, autora de El cuerpo abierto, un estudio sobre mujeres artistas que llevan la representación del arte al extremo, como denuncia y como clamor, muchas veces sobre su propio desnudo cuerpo.

– ¿Por qué las mujeres sobre las que habla en El cuerpo abierto utilizan su propio cuerpo como soporte artístico? ¿Qué quieren retransmitir?

Las mujeres artistas presentes en mi investigación utilizan su cuerpo como herramienta reivindicativa. Los cuerpos de las mujeres a lo largo de la Historia del Arte occidental han sido expuestos para uso y disfrute de la mirada masculina. Por ejemplo una obra como La Venus del Espejo de Velázquez o El origen del mundo de Courbet han estado destinadas para ocupar los gabinetes privados de monarcas o de altos mandatarios. Pues bien, la pintora mexicana Frida Kahlo será la primera que se apropiará del cuerpo femenino para utilizarlo como un lienzo de expresión en el que plasmar aquello considerado tabú en el arte como por ejemplo la violencia hacia las mujeres, las sangre femenina de un aborto o la de la menstruación. Es por ello que ella es el punto de partida de mi investigación porque apropiarse del cuerpo femenino implica subvertir la mirada masculina, la misma que ha objetualizado el cuerpo de las mujeres.

– No es una práctica tan común en hombres ¿Por qué la mujer utiliza su cuerpo como algo reivindicativo? ¿No lo convierte así en un objeto?

Para nada, el cuerpo de las mujeres artistas presentes en mi libro huye de la cosificación a la que se han visto sometidas a lo largo de la Historia del Arte. La mirada masculina y patriarcal es la que ha objetualizado el cuerpo de las mujeres para su propio disfrute. A lo largo de la Historia del Arte hemos visto cómo han sido exaltados los pechos de las mujeres, las caderas, las largas cabelleras sensuales y todo esto para el disfrute de la mirada masculina. No hay que olvidar que las mujeres no fuimos consideradas ciudadanas en el siglo XVIII, tras la Declaración de los derechos del hombre, que no de la mujer y como tal todavía somos consideradas objetos (de hecho no existe una igualdad real en ningún aspecto entre hombres y mujeres). Ese erotismo presente en las obras citadas en la respuesta anterior no es palpable en la obra de ninguna de las mujeres artistas presentes en El cuerpo abierto. Y por eso se titula mi libro El cuerpo abierto: representaciones extremas de la mujer en el arte contemporáneo porque todas las artistas han abierto su cuerpo sin tapujos para hablarnos de un arte a favor de las mujeres y con ello de sus derechos y reivindicaciones.

– ¿Y por qué la recurrente desnudez?

Considero que la desnudez no es algo recurrente. En la actualidad una mujer desnuda o con poca ropa es reclamo publicitario tanto para perfumes como para coches y cuando vemos este tipo de anuncios sabemos que están regidos y dirigidos por y para la mirada masculina. Si el cuerpo femenino ha sido objeto de cosificación, el hecho de que estas mujeres artistas recurran a su propio cuerpo como herramienta artística, implica un acto subversivo a través del cual desestabilizar los cánones de la cultura patriarcal de la cual hemos sido víctimas. Implica con ello una reeducación de la mirada desde una perspectiva de análisis feminista, sin tapujos y sin limitaciones, porque éstas únicamente han sido establecidas por el patriarcado.

– ¿Cuál es el límite entre el arte político y la mera denuncia social?

Es un tema complejo el que preguntas porque no todas las artistas se consideran feministas o activistas. La única es la mexicana Lorena Wolffer cuyo trabajo tiene un trasfondo muy importante ligado al activismo y al feminismo. Por ejemplo Regina José Galindo considera que su trabajo no tiene por qué llevar implícita una denuncia social a pesar de que un cirujano le cosa el himen en su video Himenoplastia. Con ello lo que pretendo decir es que cada quien es libre de posicionarse o no, de nombrarse feminista o de no hacerlo, pero desde mi situación de investigadora no puedo analizar su trabajo desde la parte estética, para nada, porque en el siglo XXI el arte tiene que implicar otras cuestiones y ahí está la denuncia y más que un arte político, porque político puede ser cualquier cosa, prefiero denominarlo un arte activista a favor de los derechos humanos de las mujeres. Y ahí entra la perspectiva metodológica tan importante y necesaria en este tipo de investigaciones.

– ¿Qué influencias tuvo la corriente feminista en la Historia del Arte?

La influencia feminista en la Historia del Arte tuvo una gran presencia, por ejemplo Judy Chicago o Hannah Wilke fueron activas feministas y unas de las primeras artistas feministas en Estados Unidos, cuyo trabajo abrió muchos caminos en su momento. Gracias a la corriente feminista las mujeres empezaron a estar activas dentro del arte y sobre todo a encontrar la herramienta a través de la cual denunciar los abusos del patriarcado. Es mítica la performance de Suzanne Lacy In the morning in the Rage realizada enfrente del ayuntamiento de la ciudad de Los Ángeles para denunciar las violaciones masivas a mujeres o por ejemplo la performance de Ana Mendieta Rape Scene, donde escenifica la violación de una alumna en el campus de Iowa que fue finalmente encontrada muerta. En definitiva aquello que supuso para la Historia del Arte la corriente feminista fue dar presencia a aquello que permanecía oculto por una cortina de humo patriarcal.

– ¿Sigue el arte siendo hoy en día un sector eminentemente masculino?

Yo no quiero creer que el arte sigue siendo un sector eminentemente masculino pero es cierto que las denuncias existen y están ahí. Por ejemplo plataformas como MAV (Mujeres en las artes visuales) o asociaciones como Clásicas y Modernas denuncian esa falta de paridad en el arte. Todavía existen en España fundaciones vinculadas al campo de las artes o museos en los que las conferencias únicamente las imparten hombres o las exposiciones son curadas únicamente por hombres, a pesar de estar financiadas con dinero público, algo que además las deslegitima. Otro caso es la falta de paridad en estudios de Historia del Arte, donde hay una gran carencia de asignaturas en las que se analice el trabajo de las mujeres artistas y no sólo en el arte contemporáneo sino también en otras épocas como por ejemplo en el Renacimiento o durante el Barroco. La Historia del Arte ha estado escrita por hombre y desde un punto de vista androcéntrico cuando sabemos que tanto hombres como mujeres hemos sido capaces y somos capaces de contribuir a la excelencia artística en todos sus campos.

– Si hay más alumnas que  alumnos en las facultades de Bellas Artes, ¿por qué luego hay más artistas hombres que mujeres?

Es un ejemplo más de que las corrientes artísticas nacionales e internacionales están dominadas por la cultura patriarcal, aunque mi libro y otros muchos tan necesarios dentro de este campo, pretenden desmontar esa situación.

– ¿Hay algún rasgo que diferencia el arte de las mujeres del de los hombres?

No hay ningún rasgo que diferencie el arte hecho por mujeres y el arte hecho por hombres. El eterno calificativo de arte femenino que se ha aplicado a muchas artistas es completamente una falacia porque ya lo dijo Simone de Beauvoir en su libro El segundo sexo: no se nace mujer, se llega a serlo. Por tanto si es la sociedad patriarcal la que nos enseña cómo tenemos que ejercer esa feminidad impuesta y a los hombres ejercer esa masculinidad que implica control y dominio, el arte en sí, tampoco tiene por qué ser masculino o femenino. La cuestión está en que la creación artística ha sido una plataforma a través de la cual denunciar situaciones de sometimiento, de ahí que mujeres artistas a través de una perspectiva de género presente en su trabajo se desvinculen de lo simplemente considerado estético para llevar a cabo un arte en el que tenga cabida la denuncia y con ello también la resistencia frente al control patriarcal.

http://www.diarioelaguijon.com/noticia/7629/CULTURA/Irene-Ballester:-La-mirada-masculina-es-la-que-ha-objetualizado-el-cuerpo-de-las-mujeres-para-su-propio-disfrute.html