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“Está muerta porque la justicia siempre llega tarde”

La policía apresa en el monte al exnovio de la asesinada en Narón

“Está muerta porque la justicia siempre llega tarde”. Narón enmudeció ayer cinco minutos para condenar el “brutal asesinato” de Iria García Bouza, una chica de 28 años que colaboraba como voluntaria en labores sociales del municipio. De nada sirvió que el presunto asesino tuviese prohibido acercarse a menos 200 metros de su víctima y un largo historial policial por narcotráfico, peleas y robos. Óscar Ferreño Fraga, de 38 años, detenido el martes de madrugada y presunto autor del crimen, nunca dejó de acosar a Iria. La llamaba, la seguía y la perseguía e incluso trató de colarse en su casa por una ventana. La joven vivía atemorizada por una persona a la que había rechazado y así se lo dijo a su hermano, amigos y familiares.

El lunes, su expareja se saltó la orden de alejamiento y la esperó en la puerta de su casa en Xuvia. La degolló con un cuchillo en plena calle a las 15.30 horas y huyó por el sendero del río que separa Narón de Neda mientras su exnovia se desangraba sobre la gravilla junto a su coche. No fue una simple cuchillada. La sajó con saña varias veces, con tanta fuerza que le seccionó las vértebras del cuello. Fuentes de la investigación, que conocían bien al detenido, están convencidas de que había planeado matarla. La policía busca ahora el arma homicida y sospechan que la arrojó al río Xuvia.

El mismo día del crimen, por la mañana, ella había acudido a la comisaría ferrolana donde la informaron de la activación del protocolo de prevención contra la violencia de género. El presunto asesino lo sabía porque él también había sido citado a otra hora. Así lo explicó ayer el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, convencido de que “se hizo todo lo que se tenía que hacer” para proteger a la mujer muerta. El subdelegado en A Coruña, Jorge Atán, también aseguró en Narón que el caso de Iria no se había considerado “extremo” entre las muchas denuncias que se tramitan por violencia de género. El fatal desenlace lo desmiente. Para los vecinos, era crimen “cantado” que “se pudo evitar” con las medidas de protección adecuadas y culpan, indirectamente, a jueces, fiscales y policías.

La víctima había denunciado dos veces a su verdugo. La primera, el 4 de junio del 2011, por unas presuntas amenazas que fueron archivadas. La segunda, el pasado jueves, por acoso. El supuesto asesino fue detenido y quedó en libertad con cargos. Sobre el papel, el juzgado fijó el viernes 22 una franja de seguridad de 200 metros que en lugar de proteger a la joven parecen hacer precipitado el crimen.

Óscar Ferreño, el exnovio, fue desde el primer momento el principal sospechoso. Los vecinos, que lo conocían de rondar por la calle de la joven, cuentan que le vieron huir. La policía lo arrestó pocas horas después, en la madrugada del lunes al martes. Se ocultaba en los montes de Brión, en Ferrol, cerca de la casa de sus padres, donde guardaba unos caballos. Está en el calabozo y el jueves pasará a disposición judicial, en la sala de Instrucción número dos de Ferrol, que lleva las causas por violencia sexista.

Los amigos de Iria se concentraron ayer a mediodía junto a otras 200 personas en la plaza de Galicia de Narón tras la pancarta asesino. Se han encargado de hacer circular por las redes sociales una foto del hombre detenido para que todos “le pongan cara a ese desgraciado”. La imagen muestra al presunto agresor con una camiseta amarilla y muy ufano, presumiendo de un trofeo de hípica.

El Ayuntamiento de Narón ha decretado dos días de luto oficial. Es la segunda víctima de violencia de género en Galicia en 2012, tras una vecina de Vilardevós (Ourense). La Xunta, a través de la secretaria de Igualdade, Susana López Abella, ha condenado el crimen de Xuvia y ha prometido “mayor coordinación y complementariedad” en los mecanismos y recursos de protección para las mujeres amenazadas.