Para ver la obra haz click aquí: http://ciberfeminista.org/metro/
Encuentro algunos paralelismos entre el metro de la ciudad en la que vivo e internet. tod@s tienen acceso al metro en la ciudad porque es barato, como internet. Veremos en este trabajo por qué las clases populares, los trabajadores de los punto-com, las cyborgs femeninas (quienes trabajan con la alta tecnología aunque ellas no son exactamente hi-tech), tod@s interactúan de alguna forma en el metro. Este sistema subterráneo conecta y mantiene productiva a la ciudad, tal como lo hace internet. El metro transporta muchísima información: información genética. Esta red cubre casi toda la geografía de la metrópoli: el área urbana. En este espacio subterráneo, todas las clases sociales están conectadas, como en el ciberespacio. Reproduce el modelo patriarcal, como casi todos los espacios habitados por human@s y, cuando es completamente indispensable (en este caso debido al acoso sexual en su contra), es cuando se abre un pequeño espacio para las mujeres. Por ejemplo: los dos primeros vagones del metro, que son exclusivamente para las usuarias. Es exactamente igual que en el ciberespacio, las mujeres lidiamos con este acoso -yo lo llamo violencia de género- porque cuando un hombre nos descubre en línea, difícilmente puede hacer otra cosa que vernos como un objeto, tal como sucede en el metro. La sociedad mexicana necesita de este sistema subterráneo para moverse. Los hombres no respetan, no saben cómo respetar la otredad, en este caso, la otredad femenina.
Así que, mientras deconstruimos esta imagen de rol que se nos ha asignado, tenemos que mantenernos detrás de esta barrera de contención. En el metro, estos vagones para mujeres (como los espacios exclusivos de mujeres en internet) funcionan como “nuestra propia habitación” -yo los llamo: “espacios colectivos para mujeres.”
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