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Un vecino de San Blas degüella a su esposa y se entrega

El marido de la víctima, que llegó a la casa 20 minutos antes de que se hallara el cadáver, detenido y acusado de homicidio

Tercer crimen por violencia de género en la región. Un vecino del distrito de San Blas, Ignacio Angui M., de 46 años, ha degollado esta tarde a su esposa, Isabel Gamero J., de 45 años, en el domicilio familiar. Instantes después, llamó al teléfono de emergencias 112 y confesó al operador lo que acababa de hacer, según confirmaron fuentes policiales. No había denuncias previas por malos tratos en la pareja.

Los hechos han ocurrido en el tercer piso del número 10 de la calle de Oslo, cerca del estadio de La Peineta. Algunos vecinos vieron llegar a las seis y media de la tarde al hombre, que les saludó normalmente. Unos 20 minutos después, él mismo llamó a los servicios de emergencia. Cuando llegaron los facultativos de una UVI móvil del SUMMA hallaron a la mujer tendida en el suelo de salón con un profundísimo corte en el cuello junto a gran cantidad de sangre. Los facultativos solo pudieron certificar la muerte, según informó una portavoz de Emergencias 112.

Los agentes de la comisaría de San Blas detuvieron de inmediato al hombre y procedieron a registrar la vivienda en búsqueda del arma blanca utilizada en el crimen. Rebuscaron incluso en el coche del autor confeso, aparcado en el estacionamiento del inmueble, y en los cubos de basura de la urbanización, pero no lo hallaron. Los facultativos de una ambulancia del SAMUR atendieron de una crisis de ansiedad al padre del supuesto homicida dos horas después de producirse el crimen, cuando acudió al domicilio de su hijo.

El hombre fue trasladado en un coche policial alrededor de la nueve de la noche al Grupo V de Homicidios, que se encarga de la investigación del caso. El cuerpo de la mujer fue levantado sobre las diez y media. Fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde hoy se le practicará la autopsia. Algunos vecinos creyeron que la muerte se había debido a un ladrón que se había colado en la vivienda.

Los residentes explicaron que el matrimonio no tenía hijos a consecuencia de un ictus que sufrió la mujer al poco de casarse, lo que la dejó algunas secuelas físicas. “Ella era muy amable y educada. Siempre nos saludaba”, comentó una vecina, completamente destrozada al conocer la noticia. Algunas vecinas reclamaron incluso intimidad para la mujer mientras el cadáver era transportado por los empleados de la funeraria. En lo que va de año se han registrado 12 muertes violentas en la región.