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Cadena perpetua por matar a tres de sus hijas en un ‘crimen de honor’ en Canadá

Condenados una pareja de origen afgano y su primogénito por matar a tres de sus hijas y a otra pariente

Lo que al principio pudo parecer un trágico accidente de coche resultó un crimen de honor. Una pareja afgano canadiense y su primogénito fueron condenados este domingo a cadena perpetua por matar a sangre fría a tres de sus hijas, adolescentes, y a la primera esposa del padre. Las muchachas, Zainab, de 19 años, Sahar, de 17, y Geeti, de 13, fueron halladas junto a su madrastra, Rona Amir Mohamad, de 52, ahogadas en uno de los coches de la familia en 2009.

Los acusados de la familia Shafia, que se instaló en Montreal en 2007, siempre insistieron en que había sido un accidente. Pero durante el juicio, celebrado en Kingston, Ontario, con un jurado popular y que ha fascinado a los canadienses durante tres meses, se escucharon conversaciones grabadas al padre en las que tildaba a sus hijas de putas, prostitutas y chicas sin honor.

“Es difícil imaginar un crimen más despreciable y atroz”, declaró el juez tras leer el veredicto: prisión de por vida, sin derecho a libertad condicional durante 25 años, para el padre y marido de las víctimas, Mohamed Shafia, de 58 años; la madre, Tuba Mohamad, 42; y un hermano, Hamed, de 21, por asesinato en primer grado. “Aparentemente, el motivo tras esos crímenes a sangre fría y vergonzosos era que cuatro víctimas totalmente inocentes ofendían su muy retorcido sentido del honor, que se basa en la dominación y el control de las mujeres, una noción enfermiza del honor que no tiene ningún lugar en ninguna sociedad civilizada”, añadió el juez.

El fiscal sostuvo que los Shafia asesinaron a las mujeres porque consideraba que habían traicionado su religión (musulmana) y deshonrado a su familia. Una de ellas tenía un novio y se refugió brevemente en un centro de protección de mujeres hasta que regresó al hogar familiar a petición de su madre, mientras otra fue enviada a casa desde la escuela por vestir de manera demasiado descocada, según el diario Vancuver Sun. En una de las grabaciones presentada como prueba, se oye al padre decir: “Que el diablo cague sobre sus tumbas”.

Las cuatro mujeres murieron tras un viaje a las cataratas del Niágara. La madrastra era la primera esposa del padre, se habían casado en su Afganistán natal y ella no podía tener hijos. Si las autoridades canadienses hubieran descubierto que el padre de familia era polígamo, habrían sido deportados, pero Mohamad era presentada como una prima de la familia, según se reveló en el juicio. Ella respaldaba los intentos de las jóvenes de vivir a la occidental.

Los tres condenados insistieron en su inocencia tras escuchar el veredicto. Desde 2005, once personas, incluidas siete mujeres jóvenes, han sido asesinadas en Canadá víctimas de los denominados crímenes de honor.

El jurado, integrado por siete mujeres y cinco hombres, decidió la condena a los tres por unanimidad. Líderes de la comunidad musulmana en Canadá recalcaron, en cuanto se conoció el caso, su confianza en el sistema judicial. Y a finales de año los imanes de la zona dedicaron sus sermones del viernes a condenar la violencia contra las mujeres, informa la cadena de televisión panárabe Al Yazira.