La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU (CSW por sus siglas en inglés), definirá en marzo de 2004 la violencia contra las mujeres como cualquier forma de comportamiento utilizado por los hombres como mecanismo para “poner a las mujeres en su lugar” y “reafirmar quién toma las decisiones o quién tiene el poder en la relación”, violencia específica precisamente basada en el género, cuyo consenso internacional precisó la violencia masculina contra las mujeres como: “toda forma de coacción, control o imposición ilegítima por la que se intenta mantener la jerarquía impuesta por la cultura sexista, forzándolas a que hagan lo que no quieren, no hagan lo que quieren, o se convenzan de que lo que decide el hombre es lo que se debe hacer”[1].